Blog creado por neonatólogos y enfermeras de la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

jueves, 30 de mayo de 2019

LAS PRIMERAS HORAS TRAS EL NACIMIENTO DE TU BEBÉ: MOMENTOS IRREPETIBLES



El momento con el que lleváis meses soñando al fin ha llegado. Vuestro bebé acaba de nacer, si todo va bien podréis disfrutar de él piel con piel, lo que ha desmostrado ser lo mejor para recién nacido y madre inmediatamente después del nacimiento. Pero, ¿sabes cómo será su comportamiento en esos primeros momentos de su vida fuera del útero ya? Hablamos de las fluctuaciones que se producen tras el nacimiento en un recién nacido a término sano, conocido como período de transición. Te lo contamos a continuación.

Inmediatamente tras el parto, sucede un período breve de vigilia (primer período de reactividad) en el que el bebé está en una alerta tranquila, tiene una marcada actividad motora, esto es, se mueve mucho, mueve sus manos y sus pies, hace muecas con la cara, llora enérgicamente...Este primer período dura entre 15 y 30 minutos, aunque puede extenderse hasta los 60 minutos.

Si ponemos al bebé en contacto piel con piel, veremos cómo poco a poco  va "reptando" hacia el pezón de la madre, mediante movimientos de flexión y extensión de las piernas, pataleo, cabeceo, mostrando ya sus reflejos de búsqueda y succión, incluso con protusión de la lengua. Verás que en su boca puede haber secreciones, mucosidad.
Si tenéis paciencia, sería ideal dejar que el agarre del bebé fuese espontáneo. Y decimos "si tenéis paciencia" porque a veces cuesta mucho ver cómo está trabajando para conseguir llegar a pezón, y lo que le cuesta. Sin embargo, se ha visto que el agarre espontáneo es lo más recomendable para que la lactancia sea aún más exitosa. Desde nuestra página os animamos a que lo probéis. Aquí os dejamos un breve vídeo para que comprobéis que es posible.

El piel con piel en este período es muy importante, puesto que fisiológicamente la temperatura del recién nacido sufre una disminución y necesita calor para evitar complicaciones. Si el piel con piel no es posible por el estado clínico de la madre o del recién nacido, verás que se coloca al bebé bajo una fuente de calor radiante. ¿Sabíais que el frío puede causar dificultad respiratoria en un recién nacido? El calor que le proporcionan madre o padre es el ideal para el bebé en sus primeros momentos de vida. 
Pasado el primer período de reactividad,comienza un intervalo de reposo. Disminuye la respuesta y actividad motora en general, y el niño suele dormirse. Esta fase puede durar de 1 a 4 horas. Las constantes vitales se normalizan, disminuyen la frecuencia respiratoria y la cardíaca. En esta etapa comienzan los movimientos intestinales, al llegar el aire hasta esta parte del tubo digestivo. En ocasiones los sonidos provenientes del intestino pueden ser audibles, pero tranquilos porque eso no significa que le duela la tripa ni que le siente mal la leche. 
Tras el período de reposo, el niño se despierta para dar comienzo al segundo período de reactividad.
Este espacio de tiempo es muy similar al primer período, pero los movimientos no son tan marcados. Vuelve una ligera taquicardia, el niño responde a estímulos, puede comenzar a realizar meconio o expulsar secrecciones, se observa cierta salivación... Es el momento idóneo para volver a ofrecerle el pecho. Quizás ya no sea tan fácil como la primera vez, de ahí que sea ideal aprovechar esos primeros momentos para que el bebé se familiarice con el pezón materno, pero con mimo y paciencia lo conseguirás. Ante cualquier dificultad que encuentres para dar el pecho al bebé, co sulta con las matronas en paritorio, o con las enfermeras y auxiliares en la planta de maternidad que te ayudarán sin duda encantadas. 
Es de vital importancia que el recién nacido esté muy vigilado durante estos primeros momentos de vida. De ahí que se pida siempre al padre/pareja, o en su ausencia, a cualquier otro familiar o persona de referencia, que permanezca con la madre, que debido al esfuerzo realizado durante el parto puede sentirse débil y tendente al sueño. Además, recomendamos que se eviten las distracciones (la más frecuente, el teléfono móvil) para poder detectar cualquier anomalía que pudiese producirse en el niño. Hablamos de posibles cambios de coloración, atragantamientos, riesgo de caídas... que aunque ocurren en contadas ocasiones (por suerte) , una actuación temprana puede ser crucial para que se resuelva  de la mejor manera posible. Por ello el personal del paritorio estará pendiente en todo momento de madre y recién nacido. No dudéis en consultar cualquier duda que pueda surgiros con respecto al estado del bebé.
Desde nacer en Alcalá, nuestra recomendación siempre será la misma: disfrutad de estos momentos que jamás volverán, porque una especie de magia envuelve cada nacimiento, y sin importar cuántos hijos tengamos, cada uno será único. Y merece ser vivido con los cinco sentidos.
Os recordamos nuestra campaña, cuando nazca vuestro/a bebé: #dejaaunladoelmóvil










jueves, 23 de mayo de 2019

EL CORDÓN UMBILICAL: PERDIENDO EL MIEDO A CUIDARLO




Una de las mayores preocupaciones de los padres y madres ante el alta del recién nacido es el cuidado del cordón umbilical. Muchas veces les observamos que manipulan la zona con miedo, temiendo hacer daño a su bebé. Mediante este post intentaremos que los recientes y/o futuros padres/madres sean capaces de realizar los cuidados correctamente y pierdan ese miedo en relación a su manipulación.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DEL CORDÓN UMBILICAL

Comenzaremos diciendo que el cordón umbilical es un elemento vital e indispensable para establecer la comunicación entre el feto y la madre a través de la placenta. También se trata de es un órgano transitorio, esto es, se hace inútil e innecesario una vez que el bebé está fuera del útero materno, ya que la placenta deja de funcionar al desprenderse de la madre. 
La ausencia de conexión con la placenta es lo que hace que el cordón comience a desecarse y desprenderse, dejando una pequeña herida en el punto de implantación, cuya cicatriz más o menos grande es lo que conocemos como ombligo.

La longitud del cordón umbilical es variable, entre 50 y 60 cm, con un grosor de un dedo, aunque esto es pura estadística, pues podemos encontrar cordones que apenas superan los 30 cm y finos como un bolígrafo, y otros de más de 80 cm con el doble de grosor, o la combinación de todas estas características. Suele presentar una disposición en espiral, casi siempre con vueltas hacia la izquierda.
Su superficie se halla recubierta por la membrana amniótica, y en su interior hay una sustancia gelatinosa conocida como  gelatina de Wharton. En el interior de la gelatina se encuentran los vasos umbilicales. Por lo demás, el cordón carece de nervios y otros elementos, por lo que podemos decir bien alto que EL CORDÓN UMBILICAL NO DUELE.

Los vasos umbilicales son tres: dos arterias y una vena. Las arterias conducen la sangre venosa fetal a la placenta, donde se oxigena y es recogida por la vena umbilical para llegar de nuevo al feto,  proporcionándole el oxígeno necesario para realizar sus funciones vitales. Como ya os habíamos anticipado, existen cordones que carecen de una de las arterias, e igualmente realizan el intercambio con la placenta.

Algunas veces estos grandes vasos pueden formar trayectos sinuosos e incluso pueden parecer retrógrados, lo que origina que el cordón se vea engrosado en ciertos tramos. Son lo que se denomina "falsos nudos", y no repercuten sobre el desarrollo fetal.


 







Algo muy diferente son los "nudos verdaderos", como el que podéis ver en la foto de portada del post. Se trata de nudos reales que se han hecho mientras el feto aún flotaba y podía dar vueltas sobre sí mismo. Cuanto más avanzado está el embarazo, es más difícil que estos nudos se formen, aunque no es imposible. Tradicionalmente se ha dicho que los niños que nacen con un nudo verdadero en el cordón, tienen un "ángel" que les protegerá de por vida. Cierto es que si ese cordón se hubiese apretado en exceso, el riego sanguíneo se hubiese visto interrumpido y con él todas las funciones vitales del feto, ocasionando su muerte.

Al nacer el niño, se observa claramente a través de las paredes del cordón las fuertes pulsaciones de las arterias umbilicales por la acción del corazón fetal. Desde Nacer en Alcalá os invitamos a que le pidáis a la matrona que os muestre el latido una vez que haya nacido vuestro bebé.
Han existido discrepancias sobre e momento adecuado de la ligadura y corte del cordón. Desde hace varios años en nuestro hospital, y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no se practica el pinzamiento precoz, se intenta practicar el pinzamiento tardío,  que es el que se realiza pasado al menos un minuto desde el nacimiento o bien hasta que el cordón deja de latir, aunque en general no se sobrepasan los tres minutos, siempre individualizando cada caso. Retrasando el pinzamiento del cordón se consigue mantener el flujo sanguíneo entre la placenta y el recién nacido, y eso podría mejorar la dotación de hierro del niño incluso hasta los seis meses de vida. En cualquier caso la OMS no recomienda el pinzamiento y corte precoz del cordón umbilical (menos de un minuto después del nacimiento) "salvo que el recién nacido sufra hipoxia y deba ser trasladado de inmediato para su reanimación".
El cordón se clampa a unos 5 cm de su salida del abdomen del recién nacido, colocando otra pinza a unos 6 cm y cortando entre ambas. Es importante dejar esta distancia entre pinza y abdomen debido a que justo en la zona más cercana a la piel del nño se encuentra un delicado círculo vascular que contribuye al desprendimiento del cordón tras el nacimiento.
En la actualidad se realiza la ligadura con pinzas de plástico desechables, que una vez cerradas no pueden volver a abrirse. La pinza queda de esta manera colocada hasta que se desprende el cordón. La presión ejercida por la pinza sobre la gelatina y los vasos impide la hemorragia a la vez que contribuye a que el cordón se deseque y se necrose (que el tejido muera). Esto ocurre generalmente entre el 5º y 15º día de vida, con más frecuencia hacia el final de la primera semana. Hasta que el proceso finaliza, observaremos cómo la porción de cordón adherida a la pinza va coloreándose con el paso de los días, hasta adquirir una tonalidad oscura, llegando incluso a negra. El olor que desprende puede asemejarse a la carne fresca, pero en ningún caso el olor debe ser desagradable, ni poder olerse a distancia, sin acercar la nariz al cordón.
A veces, tras la caída del cordón, puede quedar algún resto adherido a la piel del ombligo. Esto es algo normal que no entraña ningún peligro. Del mismo modo, en ocasiones se puede observar un pequeño hilo de sangre en la piel o en la zona del pañal donde apoya el cordón, en el momento de la caída o en los  momentos previos: esto es, igualmente, compatible con la normalidad.

¿QUÉ CUIDADOS PRECISA EL CORDÓN UMBILICAL? 

Históricamente se ha recurrido a múltiples técnicas y productos que favoreciesen la caída temprana del cordón e impidiesen las infecciones. Finalmente se ha llegado a la conclusión de que lo único que se precisa para que esto ocurra es que la zona se encuentre lo más limpia y seca posible. El alcohol de 70º, soluciones antisépticas, gasas envolviendo el cordón, etc... pasaron a la historia.
Tan importante como la correcta higiene del cordón, es la correcta higiene de tus manos. NUNCA manipules el cordón sin haber realizado previamente un correcto lavado de manos.

Es posible sumergir la zona umbilical en agua, aunque aún no se haya desprendido el cordón.  
Sí, como lo lees. No lo decimos nosotros, es una recomendación de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Es muy probable que familiares cercanos o amigos contradigan esta información, sobre todo si existe mucha diferencia generacional, pues de esa manera se ha hecho "toda la vida". De hecho, en algunos hospitales y centros hospitalarios se sigue bañando a los bebés sin sumergirles hasta que el cordón se desprende por completo. No es una mala práctica, pero no es necesario llevarla a cabo. Vosotros, como padres, podéis decidir cómo deseáis hacerlo.
* El aseo del cordón debe realizarse de manera diaria, aunque no se realice el baño del recién nacido con la misma frecuencia. Debe lavarse con agua y un jabón neutro, ayudándonos de una esponja limpia o un paño suave y limpio. Como hemos indicado más arriba, el cordón umbilical es indoloro, por lo que podemos limpiarlo sin miedo de hacerle daño al bebé. La correcta higiene es lo más importante ante la prevención de infecciones. Enjabónalo y acláralo bien.
* Una vez que está bien limpio y aclarado, procederemos al secado. Éste debe ser muy meticuloso. Lo realizaremos con una toalla o compresa limpia. Un cordón umbilical húmedo se macerará, tardará más en caerse y es más susceptible de infectarse que uno que se mantiene perfectamente seco. 
* Es suficiente la realización de la higiene del ombligo una vez al día. Sin embargo, si se trata de un varón y en el cambio de pañal observas que ha orinado hacia la zona del ombligo, deberás lavarlo cuidadosamente y secarlo meticulosamente. Si esto ocurre varias veces al día, deberás realizar la higiene del ombligo tantas veces como observes que el cordón permanece húmedo por la orina.
* Cuida de no utilizar lociones o cremas en la base del cordón, pues favorecen la humedad.
* No utilices fajas ni ningún dispositivo que tape la zona del cordón. Antiguamente se utilizaba porque los padres se sentían más seguros si el cordón estaba "sujeto". Más tarde se comprobó que no solo no favorecía el desprendimiento, sino que ocasionaba irritaciones en la zona.
* Nunca tires del cordón, ni aunque esté pendiente de un hilo. Puedes ocasionar una hemorragia.
* La exposición al aire favorece el secado del cordón. Dobla el pañal para dejar que el cordón quede fuera del mismo.
*  La lactancia materna favorece un desprendimiento del cordón más temprano.


 ¿CUÁLES SON LOS SIGNOS DE ALERTA por los que consultar a vuestro pediatra?

* Mal olor de la zona.
* Enrojecimiento de la piel de la base del cordón.
* Secrección purulenta (pus) o sangre, más que el "hilito" del que hablábamos antes.
* Fiebre.

Esperamos que toda esta información os haya sido de utilidad, y el día que tengáis que enfrentaros al cuidado del cordón umbilical estéis perfectamente preparados para hacerlo. Es una etapa muy breve, tanto, que cuando menos lo esperéis tendréis esa pequeña pinza en la cajita de recuerdos de vuestro bebé.