Blog creado por neonatólogos y enfermeras de la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

miércoles, 26 de junio de 2019

MI BEBÉ RECIÉN NACIDO TIENE SOPLO, ¿PUEDE SER NORMAL?






Los soplos cardíacos son sonidos que podemos escuchar con el fonendoscopio durante la exploración cardíaca que realizamos al recién nacido (RN), que se producen como consecuencia de las turbulencias en el flujo sanguíneo dentro o fuera del corazón.

Cuando diagnosticamos de soplo a esta edad, debemos realizar una valoración global, ya que no implica que el paciente presente por ello una cardiopatía congénita (CC). Las CC son un grupo de enfermedades caracterizadas por la presencia de alteraciones estructurales del corazón producidas por defectos en la formación del mismo durante el periodo embrionario.

De hecho, según las series la auscultación de un soplo a esta edad ocurre hasta en un 60% de los RN sanos (con hallazgos ecocardiográficos normales para la edad).


Y entonces, ¿cómo podemos intentar diferenciar unos soplos de otros?

Antes de nada, debemos explicar que la circulación sanguínea es diferente en período prenatal y postnatal.

En período fetal, al no oxigenarse la sangre en los pulmones, existen determinadas estructuras que redireccionan la sangre tanto a nivel intracardíaco (foramen oval) como a nivel extracardíaco (ductus arterioso), para que se pueda oxigenar la sangre gracias a la placenta materna y se pueda distribuir oxigenada al resto de los tejidos y órganos fetales.

A continuación, en la imagen 1, mostramos un dibujo de la circulación fetal.
La sangre mezclada del ventrículo derecho llega a las arterias pulmonares y a través del ductus arterioso alcanza la arteria aorta descendente, donde finalmente, las arterias umbilicales llevarán la sangre a la placenta.
En cambio, la sangre rica en oxígeno llega a través de la vena umbilical por el conducto venoso de Arancio a la vena cava inferior, zona donde se mezcla sangre rica en oxígeno con baja en oxígeno y alcanza la aurícula derecha, que a través del foramen oval llega a aurícula izquierda, continúa a ventrículo izquierdo, alcanzando arteria aorta, continuándose de nuevo el ciclo según lo explicado.


                                Imagen 1: circulación fetal



En la vida postnatal, al iniciase la respiración, comienza a oxigenarse la sangre en los pulmones, no siendo necesarias dichas estructuras, comenzando generalmente, su cierre progresivo.

Por ello, hay ciertos soplos que en este período pueden ser fisiológicos o esperables, y ante la falta de otros datos o características en la exploración o anamnesis, el pediatra nos volverá a repetir la auscultación posteriormente sin realizar un estudio en ese momento.

A continuación, en la imagen 2, podemos observar como en vida postnatal no existe en condiciones normales sangre mezclada en región cardíaca, existiendo un “recorrido con sangre baja en oxígeno”, en el cual, a través de las venas cavas superior e inferior, llega la sangre a aurícula derecha, ventrículo derecho y a través de las arterias pulmonares llega a los pulmones, donde se oxigena la sangre. Comienza posteriormente el “recorrido de la sangre rica en oxígeno”, en el que a través de las venas pulmonares llega a aurícula izquierda, ventrículo izquierdo, impulsándose sangre a la arteria aorta, repartiéndose la sangre por los órganos y tejidos corporales y volviendo al corazón a través de las venas cavas, reiniciándose ciclo.


                       Imagen 2: circulación postnatal


Es importante saber que no todos los soplos los oímos igual, es decir, existen diferentes características que el pediatra puede definir al auscultar un soplo (cómo es el tipo de soplo
según el ciclo cardiaco, en qué lugar lo escuchamos, intensidad, duración, sonoridad…), que al pediatra le hará sospechar sobre un tipo u otro de sopo o patología.

Además, es necesario completar el resto de la exploración, ya que como comentábamos inicialmente, el cambio de la circulación es un proceso normal que no debería producir otros síntomas en el paciente, por lo que descartar sintomatología secundaria es imprescindible. Por otro lado, también hay que tener en cuenta, que ciertas cardiopatías congénitas o estadíos iniciales de éstas, no presentan soplo a la auscultación, pudiéndose sospechar ante ciertos hallazgos clínicos en la exploración, procediéndose a un estudio cardiológico por este motivo.
Por todo ello, el pediatra durante la exploración valorará el estado general del paciente, su coloración, auscultación pulmonar, exploración abdominal, exploración neurológica y palpará pulsos periféricos, como los femorales.
También importante es la existencia de antecedentes familiares de cardiopatías, ya sean congénitas o no, al igual que ciertos antecedentes de enfermedades ó síndromes en la familia, por lo que son datos que el pediatra nos preguntará durante la valoración.

¿Son frecuentes los soplos?

Los soplos son la causa más frecuente de valoración en consultas de cardiológica (ver imagen 3).


                          Imagen 3: foto consulta Cardiología Infantil del Hospital Príncipe de Asturias



Según el estudio que analicemos, existe una prevalencia de soplo en período neonatal muy variable (entre 0.6% y 47.4%) y es importante además entender, que no todas las cardiopatías congénitas tienen soplo audible en los primeros días de vida, (aproximadamente sólo el 20%), debido a los cambios hemodinámicos que tiene lugar del período fetal al neonatal, por lo que es muy importante, por ello, como comentábamos, fijarnos en otros datos y realizar una buena anamnesis y exploración física.

Aproximadamente el 60% de los casos en los que se ausculta un soplo en edad neonatal, ocurre en pacientes sanos, presentando hallazgos ecocardiográficos normales para su
edad, siendo la causa más frecuente de este “soplo inocente” una aceleración de ramas pulmonares periféricas.

La incidencia actual de cardiopatías congénitas en España es de 13.6 ‰ (cifra superior a las cifras clásicas de los estudios), objetivándose un aumento del diagnóstico de cardiopatías leves, permaneciendo estable la incidencia de formas graves. La cardiopatía más frecuente es la comunicación interauricular. Si se excluyera ésta de la incidencia global de cardiopatías desciende hasta el 7.29‰.

¿Y a que ha podido deberse este aumento?

 Lo más probable es que no exista un aumento real de la incidencia de las formas leves, sino una mejora del diagnóstico. Actualmente, la ecocardiografía es una prueba que se encuentra más accesible en nuestro medio que anteriormente, realizándose de manera obligada en el estudio cardiológico del paciente pediátrico. En ocasiones, este estudio no lo motivan síntomas cardiacos, sino que se realiza como prueba dentro de protocolos de estudio o para despistaje de afectación cardiaca en otras enfermedades (como el estudio en neonatos de gestaciones mal controladas que van a ser adoptados, o estudio en pacientes con polimalformaciones o anomalías genéticas, deformaciones torácicas, auscultación de soplo sin otra sintomatología asociada…), detectándose de manera casual dichas alteraciones cardíacas, que quizá, no hubieran sido detectadas a lo largo de la vida si no se hubiera realizado el estudio por este motivo. En cambio, los casos de cardiopatías congénitas muy graves o graves, durante la evolución, producen sintomatología cardiaca (de manera precoz o más tardía dependiendo del tipo), por lo que eran casos que acababan diagnosticándose siempre.

¿Qué pruebas le van a realizar?

Si persiste soplo al alta de maternidad (48-72 horas de vida) o previamente si el pediatra lo considera oportuno, se tomarán ciertas constantes como: la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno (valora la oxigenación en sangre gracias a un pulsioxímetro) y tensión arterial en los cuatro miembros, realizándose un electrocardiograma, (ver imagen 4), que es una prueba que registra la actividad eléctrica del corazón que se produce en cada latido cardiaco.
Posteriormente, para completar el estudio (si todo lo previo es normal, puede hacerse posteriormente al alta de la unidad, pero recomendándose de manera precoz), se realizará un ecocardiograma (ver imagen 5) que es una prueba diagnóstica fundamental, ya que podemos obtener una imagen en movimiento del corazón, permitiendo realizar un estudio tanto de estructuras cardíacas como algunas extracardíacas.

Todas las pruebas descritas, se tratan de pruebas totalmente no invasivas (o no dolorosas) para el paciente.


                                          Imagen 4: equipo para realizar electrocardiograma



                                                    Imagen 5: equipo para realizar ecocardiograma




Algunas madres tienen la duda de: ¿es posible detectar todas la cardiopatías durante el estudio ecocardográfico fetal?

Desgraciadamente NO es posible.




Se estima que tan solo el 60% de las cardiopatías congénitas críticas son diagnosticadas por ecografía antenatal.
El estudio ecográfico en las embarazas es dificultoso, ya que depende de características maternas (buena imagen ecográfica, obesidad, alteraciones en pared abdominal…) y fetales (movimiento, posición, tamaño…), que dificultan la realización de los planos a realizar y por tanto, su estudio estandarizado. Y además, no todas las cardiopatías congénitas, se pueden diagnosticar en esta etapa: en ocasiones porque corresponden a estructuras que son normales y necesarias para la circulación en vida prenatal (como por ejemplo, el ductus), en otras ocasiones porque son cardiopatías que se producen de manera evolutiva, es decir, que en un estudio puede ser normal, encontrándose alterado en estudios futuros ó por dificultad del estudio de dichas estructuras en edad neonatal por las características especiales de la circulación fetal (como por ejemplo, drenajes venosos).

domingo, 23 de junio de 2019

MI BEBÉ RECIÉN NACIDO PARECE TENER SED, ¿PUEDO DARLE AGUA?



Ahora que llega el calor, un calor sofocante que sufrimos tanto adultos como bebés, vuelve a surgir la duda entre los recién estrenados padres ¿puedo/debo darle agua a mi bebé? En este post pretendemos darle respuesta a vuestra pregunta sin que quede ninguna duda.

Es muy probable que personas de vuestro alrededor con experiencia en la crianza os digan que "no pasa nada por darle agua a un recién nacido o bebé pequeño". Eso no es cierto. Darle agua a estos niños supone llenar su estómago de un líquido que le quitará la sed pero no aportará ningún nutriente. ¿Y cuál es el problema? Que no pedirá el pecho o el biberón porque tendrá sensación de plenitud, parecerá que ha comido. Eso supondrá que se saltará alguna toma, tantas como veces le ofrezcas agua para que sacie su sed. Cuanto más pequeño sea, más peligroso será este hábito. Un recién nacido NO debe beber agua.

¿Y qué hago entonces, si reclama comida y hace poco que le dí la toma? ¿No puede ser que tenga sed? Por supuesto que es posible que tenga sed, y debemos mitigarla. Pero lo haremos con leche. La leche está compuesta por aproximadamente un 80%-90% de agua, así que tendrá la capacidad de calmar su sed, a la vez que le aportará nutrientes. Una toma de agua de forma constante y repetida en un neonato podría llegar a desnutrirle, pues su apetito se verá visiblemente reducido.

Los recién nacidos necesitan un aporte de agua mayor que una persona adulta para no deshidratarse. Pero este agua SIEMPRE tendrá que ofrecerse en forma de leche.

Si estás dando el pecho, observarás cómo, llegado el calor, tu bebé pide mamar mucho más a menudo, pero las tomas serán breves, de apenas unos minutos de duración. Extraerá la primera porción de la leche que hay en tu pecho, que es la parte más acuosa. Esto equivale a las veces que tú vas al grifo a beber un vaso de agua. No le niegues a tu bebé una toma "extra" por pensar que no puede tener hambre al haber comido hace relativamente poco tiempo. Déjale tomar el pecho a demanda, con la frecuencia y los tiempos que él mismo determine. Y, si estás dando el pecho, no olvides  hidratarte muy bien tú también, bebiendo entre 2 y 3 litros de agua al día.

Si tu bebé toma biberón, ofrécele más a menudo en los días más calurosos, pero procura no aumentar en exceso la pauta médica. Te recomendamos que le ofrezcas la misma cantidad de leche, pero repartida de manera que las tomas sean más frecuentes, pero de menos volumen. A diferencia de la lactancia materna, que es a demanda, en el recién nacido el volumen de leche artificial debe ser respetado para mantener un equilibrio de líquidos y otros nutrientes y no sobrecargarle. De todos modos si observas que pide un poco más, ofréceselo y consulta con tu pediatra siempre que tengas dudas. Ofrécele la toma a temperatura ambiente y será más efectiva para calmar su sed.

Así que ya sabes, mantén bien hidratado a tu bebé este verano, pero de la forma más segura. Tu profesional de la salud te indicará cuándo debes comenzar a darle agua a tu hijo/a. Generalmente esto ocurrirá con la introducción de la alimentación complementaria, alrededor de los 6 meses.  Pero hasta entonces, ¡disfruta de esta etapa sabiendo que estás haciendo lo correcto!




miércoles, 12 de junio de 2019

NO SON GASES




NO SON GASES.
Es habitual al pasar visita en la Maternidad que los padres nos comenten que el niño, recién nacido, ha pasado muy mala noche porque “tiene muchos gases” y en muchas ocasiones esta información se la ha dado algún profesional sanitario.
Publicamos este pequeño post en Nacer en Alcalá para afirmar que NO SON GASES.
No son gases, créeme. Aunque te lo digan una y otra vez, no son gases.
Cuando tu niño es recién nacido, cuando todavía estás en la maternidad, cuando todavía apenas os habéis visto, cuando todavía la lactancia es complicada y quiere tomar a todas horas o se pasa demasiadas horas dormido, cuando llora y llora tan recién nacido todavía: No son gases, créeme.
Haz la prueba, coge a tu bebé, arrópalo en tu pecho, contenlo con tus brazos, presiónalo suavemente contra tu pecho, que vuelva a escuchar tu corazón (la música que tuvo durante toda su vida dentro del útero), o que escuche el corazón de su padre, o de su abuela, o de su hermano. Cógelo y verás cómo se le pasa el llanto, verás como no son gases.
El recién nacido está asustado, todo es nuevo, estaba en un mundo ideal, en agua, flotando, sin frío, sin ruido, sin roces, sin luz…y de repente, le tocamos, luz, ropa, roces, dodotis, esponjas, y sobre todo…falta de “contención”, esos brazos sin control abiertos, esos sustos espontáneos que se dan… Observa a tu bebé, no te pierdas detalle, verás cómo necesitan esa “contención”. Los cólicos del lactante, los “gases” a lo mejor llegan, no digo que no, pero llegan más tarde y verás que en general no se calman en brazos, son diferentes. Nada que ver con esos primeros días de vida. Los cólicos llegan más tarde (si es que llegan). Tu bebé recién nacido, por mucho que llore de noche o de día no tiene gases, tiene necesidad de que le cojas, le acurruques y le des calor y seguridad. Si tiene hambre…llorará y esto no funcionará así que le pones al pecho (o le das su toma) y solucionado. Prueba. No son gases, créeme.