Blog creado por neonatólogos y enfermeras de la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

jueves, 18 de julio de 2019

LA POLÉMICA DE LOS SUPLEMENTOS. ¿LO ESTAMOS HACIENDO BIEN?




Es habitual encontrar ciertas discrepancias entre las familias y los profesionales a la hora de indicar suplementos de leche artificial a los recién nacidos.  Nos referimos a esos casos en los que las familias solicitan un suplemento de leche artificial para el bebé y los profesionales consideramos que no está indicado.
Es un tema complejo puesto que en los primeros días de vida en ocasiones existen dificultades para establecer una buena lactancia y esto lleva a las madres a una situación de angustia que puede llegar a ser de difícil manejo y precipitar una situación de desánimo que concluya en el abandono de la lactancia materna.
Lo primero a confirmar aquí es que la hipogalactia verdadera, o sea  el hecho de que la madre tenga poca leche, es un trastorno infrecuente. Dicho esto, podemos ser optimistas a la hora de animar a las madres a que, aunque en los primeros momentos parezca que no "hay leche suficiente", con un poco de paciencia, es muy posible que la lactancia se establezca de manera satisfactoria para madre y recién nacido.
Sabiendo además que cuantas más veces coloquemos al niño al pecho y cuantas más veces éste succione con apetito, más posibilidades de éxito tendrá la lactancia, tenemos que recomendar la lactancia a demanda con seguridad de que es lo más beneficioso para el recién nacido.
Sabiendo también que no todo llanto del recién nacido es sinónimo de hambre ni sinónimo de gases (como te contábamos en este post), sino que el bebé pasa por una fase de adaptación a estímulos en la que sólo el cogerlo y "contenerlo" en nuestros brazos le va a calmar, sabiendo esto, podremos también angustiarnos menos cuando nuestro hijo recién nacido llore.
También hay que conocer que todos los recién nacidos sufren una pérdida de peso que llamamos fisiológica, normal y esperable y que, eso sí,  no debe superar el 10% del peso al nacimiento.

Volviendo al tema inicial, en ocasiones los padres del bebé solicitan un suplemento de leche artificial, a veces en la maternidad o a veces en el centro de salud, y nosotros como profesionales debemos valorar si ese suplemento está indicado médicamente o no,  e informar de los beneficios o de las desventajas de administrar dicho suplemento de leche artificial.
Evidentemente existe una indicación de suplementar, absolutamente respetable e indiscutible, que es la petición familiar, esté o no esté indicado médicamente. Del mismo modo que se respeta la lactancia artificial se debe respetar la lactancia mixta. Simplemente tenemos que asegurarnos de que la familia toma una decisión informada

Las indicaciones médicas para suplementar una lactancia materna con leche artificial (hablamos de recién nacidos sanos en una maternidad cualquiera, no de recién nacidos prematuros o enfermos), serían, entre otras, la hipoglucemia comprobada, la ictericia con hipogalactia, el aumento de temperatura u otros signos de deshidratación como serían unas cifras de sodio elevadas, diuresis escasa, o sea que no moje el pañal o lo haga con muy poca cantidad, la irritabilidad del bebé con signos de insaciabilidad y la pérdida de peso del 10% o mayor.
Después de hablar con varias familias, pensamos que en ocasiones los profesionales, en nuestro afán de promover la lactancia materna en nuestras maternidades y centros de salud, podemos llegar a "presionar " en exceso a estas familias, intentar convencerles con nuestros argumentos,  incluso en ocasiones llegar a infravalorar los comentarios que nos hacen los padres, e incluso poner muchos impedimentos para suplementar la lactancia materna temporalmente.
Cierto es que además el verano, con el aumento de las temperaturas, es un momento complicado para las familias en este sentido. Todas las madres deben hidratarse muy bien pero mucho más en verano y, por supuesto, los recién nacidos deben también tomar pecho a menudo y tener un ambiente térmico  adecuado, porque el exceso de temperatura o la escasa ingesta puede provocarles fiebre y deshidratación. Sobre la ingesta de líquidos del recién nacido te hablábamos en este post, y sobre la exposición a altas temperaturas, en este otro.

Desde nuestro blog, y en relación como decimos con algunos recientes casos, donde las familias no se han sentido entendidas ni apoyadas en esta línea, nos gustaría animar:
- a todas la madres a tener paciencia y mucho ánimo en el establecimiento de la lactancia materna, y
- a todos los profesionales relacionados con este tema (pediatras, matronas, personal de enfermería de las maternidades y centros de salud, etc...) a ESCUCHAR.  En muchas ocasiones los padres nos transmiten con angustia una verdadera necesidad de suplementar a sus hijos. Debemos sentarnos a hablar con ellos con calma, y sobre todo ser flexibles, contundentes en las ventajas de la lactacia materna, pero flexibles en la toma de decisiones, haciendo partícipes a los padres de estas  primeras decisiones que van a ir tomando con sus hijos y animando si es necesario al suplemento de la leche materna con leche artificial. Porque no olvidemos que, al fin y al cabo, son sus hijos y, salvo raras excepciones, siempre buscarán lo mejor para ellos.





lunes, 8 de julio de 2019

¿PUEDO IR A LA PLAYA CON MI BEBÉ RECIÉN NACIDO?





Los bebés nacidos en verano, ponen un toque muy especial a esa época del año en la que el ritmo de vida se ve enlentecido, y muchas familias optan por salir de vacaciones. Muchos padres recientes os preguntáis, ¿sería aconsejable irnos con el bebé a la playa?

La respuesta  no es sencilla. Si lo que se pregunta es si puedes llevarte a tu bebé a seguir el mismo ritmo que cuando no estaba (horas y horas en la playa, bajo una sombrilla, incluyendo las horas centrales del día), la respuesta es  NO. Pero si lo que propones es ir a la playa para dar un paseo tempranito, o bien durante la puesta de sol, la respuesta cambia.

El recién nacido por definición es incapaz de regular su temperatura corporal, debido a su inmadurez. Esto es, si la temperatura ambiente es demasiado fría, su organismo será incapaz de producir el calor suficiente y sufrirá de hipotermia (en neonatos, hablamos de temperaturas por debajo de los 36º) . En cambio, si la temperatura ambiente es demasiado elevada, como es el caso que nos ocupa, su cuerpo será incapaz de transpirar como lo hace un niño mayor o un adulto, y corre el riesgo de tener fiebre o incluso, en casos extremos, de sufrir un golpe de calor. ¿Cómo lo reconoceremos? En su etapa más inicial, su apariencia será la de un bebé con una piel extremadamente roja, porque sus vasos sanguíneos se dilatarán en un intento por expulsar ese calor sobrante. Puede sudar, sobre todo por la zona del cuello, aunque no es lo habitual, menos cuanto más pequeño es el niño. Su respiración se verá agitada y el niño estará irritable. Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) nos advierten que los niños, sobre todo los bebés por debajo de un año de vida, son los grupos más sensibles a sufrir daños provocados por los golpes de calor ya que, al tener menor reserva de agua, su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos. Es una situación realmente peligrosa para cualquier persona, más aún si se trata de un bebé tan pequeño. Por eso desaconsejamos que el recién nacido se vea expuesto a esas elevadas temperaturas. Si observáis alguno de los síntomas anteriores en vuestro bebé, quitadle la ropa, llevadle a un lugar fresco, ofrecedle pecho o biberón y acercadle a un  centro sanitario, para que un pediatra pueda evaluarle.


Ahora bien, podríais ir con vuestro bebé a la playa en las primeras horas del día, sin prolongarlo más allá de las 11h-12h de la mañana. Ponedle siempre debajo de una sombrilla, con un gorrito y  ropa fresca, de color claro y holgada, pero no desnudo. El reflejo de los rayos solares, unido a la cercanía del agua, pueden hacer que la radiación rebote y podría quemarle su delicada piel. Como sabréis, no se recomienda aplicar protectores solares a los menores de 6 meses, por ser un producto químico y el riesgo que existe de absorción y posibles alergias, pero no es una contraindicación absoluta. Es cierto que si evitamos las horas centrales del día (hablamos de 11h-12h a 17h-18h) en las que los rayos del sol inciden en vertical, y paseamos por lugares con sombra, no sería necesario. Si vuestro bebé tiene más de 6 meses, utilizad un factor  de protección solar de pantalla total, SPF50, adecuado para la etapa infantil, y que esté libre de parabenos. Es ideal que sea resistente al agua, se debe aplicar 30 minutos antes de la exposición al sol y debería repetirse cada dos horas.

Además, como comentábamos en este post, se debe ofrecer al bebé el pecho o el biberón más a menudo, para calmar su sed que estará aumentada en verano.

Si se trata de ir a la piscina, la recomendación es la misma, puesto que el ambiente térmico es similar. 
Y en general, durante la época de más calor, ya estéis en la costa o en el interior, os aconsejamos seguir estas recomendaciones.


Esperamos haberos ayudado a resolver vuestras dudas de cara a las vacaciones. Sin duda este primer verano con vuestro bebé sera especial, inolvidable e irrepetible. ¡Disfrutadlo!