La mejor leche materna que le puedes ofrecer a tu bebé es la recién extraída.
Pero si
por cualquier motivo debes extraer y conservar la leche materna antes de
ofrecérsela a tu bebé, debes tener en cuenta las siguientes normas:
1. Es imprescindible mantener una
correcta higiene de manos en el
momento de la extracción. De igual manera, la leche materna debe conservarse en
un recipiente lo más limpio posible, y siempre cerrado. Siempre debe
etiquetarse cada recipiente con la fecha
y la hora de la extracción. Si
necesitas congelar la leche, ten en cuenta que el recipiente de almacenaje no debe
llenarse más de las ¾ partes de su capacidad ya que al ser un líquido, se
expande al congelarse. Los recipientes pequeños (50-60ml) son los ideales para
la conservación de la leche materna.
2.
Es posible mezclar en el mismo
recipiente (o en la misma toma) fracciones de leche extraídas en diferente
momento, siempre que estén a la misma
temperatura.
3.
A temperatura ambiente la leche se mantiene
estable durante 4 horas, siempre que
la temperatura no supere los 25ºC.
4.
En frigorífico la leche materna se colocará en la parte
posterior, lo más abajo posible. Se desaconseja situarla en la puerta debido a
que en esa zona se producen más cambios de temperatura con la apertura y cierre
del frigorífico. Mantendrá sus propiedades si es consumida antes de las 48h desde su extracción. Hay autores que apuntan que
es posible consumirla incluso dentro de los 3 días posteriores a su extracción,
si bien el frigorífico debe permanecer a un mínimo de 4ºC. Si el bebé no va a ingerirla en ese período, lo ideal es
someterla a congelación. Si desde un principio has pensado en congelarla, lo
ideal es que lo hagas en las primeras 24h desde su extracción.
5.
En congelador la
leche materna tiene una caducidad diferente en función del tipo de
electrodoméstico:
- Si el congelador es totalmente independiente (T° de
-19°C): 6 meses.
-
Si el congelador tiene una puerta independiente (combi),
la validez de la leche se remonta a los 3-4
meses.
- Si el congelador está en un compartimento dentro del frigorífico, no se
recomienda una congelación superior a los 15
días .
En
ambos casos es posible que al descongelar la leche observemos cierto olor e
incluso sabor a jabón o a “rancio”. Esto no altera la calidad de la leche, sino
que es debido a los cambios que se producen en la estructura de las grasas en
los procesos de congelación-descongelación. Cuanto más tiempo tengamos la leche
materna congelada, más probable será que ocurra este fenómeno. La mayoría de
los bebés no perciben este sabor como algo desagradable. Si has respetado los
tiempos que aquí se exponen, no debes preocuparte, tu leche será igual de
saludable para tu bebé.
6.
La leche materna congelada
deberá descongelarse SIEMPRE EN
EL FRIGORÍFICO. Se recomienda
descongelar la leche en orden de más
antigua a más reciente. El proceso de descongelación dura unas 12 horas,
intenta tener cierta previsión. También es posible hacer una descongelación
rápida mediante inmersión en agua templada, a un máximo de 37ºC, para ser
ofrecida al bebé inmediatamente. Nunca descongeles la leche materna a
temperatura ambiente.
7.
La leche descongelada permite otros plazos para su consumo: 2 horas a temperatura ambiente y hasta 24h
en frigorífico. NUNCA se debe volver a congelar una leche ya congelada previamente. Tras la
descongelación, debemos agitar suavemente la leche materna para que las
distintas fases vuelvan a unirse antes de ofrecérsela al bebé.
8.
Si necesitas transportar la
leche, debe mantenerse siempre la cadena
del frío: serán necesarios acumuladores de frío durante el transporte y la
introducción de la leche lo más rápido posible en el frigorífico o congelador
del lugar de destino.
9.
Lo más adecuado para calentar
la leche es el baño María. El
microondas queda desaconsejado debido a que el calor no se reparte de manera
uniforme, y un exceso del mismo en los bordes del recipiente puede “matar” los
organismos vivos presentes en la leche, y tan beneficiosos para tu bebé.
10. Una vez calentada la leche, no debe volver a calentarse. La
fracción de toma que el bebé no tome, deberá desecharse. De ahí la conveniencia
de utilizar recipientes de baja capacidad que permiten el fraccionamiento en
diferentes alícuotas, para que nunca sea necesario tener que desechar leche
materna.
Bibliografía:
1.
Lawrence R A La Lactancia Materna. Una guía para la profesión médica.
Mosby/Doyma Libros, SA 1996 Edición en español.
2.
Royal College of Midwives. Lactancia Materna. Manual para profesionales. ACPAM,
1994.
3. Asociación Española
de Pediatría. Manual de Lactancia Materna. De la teoría a la práctica. Editorial
médica panamericana, 2008.
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