Imagina
una situación, un momento que hubieses deseado que nunca terminase. Un
atardecer en la playa, un baño relajante, un paseo por un bosque en otoño…
Ahora imagina poder volver allí una y otra vez. Y vivir las mismas sensaciones.
Cada día. Incluso varias veces en un día.
Eso
es justamente lo que le ocurre a un bebé prematuro cuando practica el método
canguro. Vuelven a él las reminiscencias del útero materno: su calor, su olor,
la respiración, los latidos del corazón… Es como volver al paraíso. Como
regresar al sitio donde debió permanecer por más tiempo, porque ahí es donde
necesitaba estar.
Numerosos
estudios hablan de los beneficios del método madre canguro, que fue
utilizado por primera vez por el neonatólogo Edgar Rey Sanabria, en Bogotá en
el año 1978. Surgió de la carencia de incubadoras en el Instituto Materno
Infantil en el que trabajaba, lo que propició que varios prematuros tuviesen
que compartir dicho dispositivo, con el consiguiente aumento de las infecciones
en esos niños. De ahí la idea de no separar a los niños de sus madres para su
atención como se había hecho hasta ese momento. Visto entonces que la
mortalidad comenzó a disminuir, se siguió practicando el método y se ha
continuado haciendo hasta nuestros días, ya no como una necesidad
institucional, sino como una terapia complementaria en el cuidado del neonato
prematuro.
Pero,
de todos los beneficios, nos quedamos con uno que habla por sí mismo: reduce
el estrés del neonato prematuro (estudio realizado en el Hospital Gregorio
Marañón en 2011 por Collados-Gómez, L. entre otros). Porque salir a un ambiente
donde, aunque sea de forma mínima, debemos manipular al niño, le supone un
estrés. Un estrés continuo, que sólo es capaz de eliminarse de manera temporal
al disfrutar del piel con piel con la madre y el padre o pareja.
¿Cómo
se realiza el método madre canguro?
- La
persona que va a realizarlo (madre/padre o pareja) no necesita ningún atuendo
especial. Tan sólo debe llevar una prenda que pueda abrirse por la parte delantera
y que tenga un grosor acorde a las características ambientales.
- El
bebé sólo llevará un pañal y un gorro si la temperatura de la sala donde se
llevará a cabo está entre los 22 y los 24ºC. Si es inferior, deberá llevar
además una camiseta de algodón sin mangas abierta por la parte delantera, de
manera que permita que el rostro, pecho, abdomen y extremidades se mantengan en
contacto piel con piel. Posteriormente, se cubrirá al bebé con la ropa habitual
o bien con una mantita o paño suave.
- La madre/pareja se colocará en una silla o sillón lo más
cómodo posible, ligeramente reclinado. Es ideal un sillón con respaldo
ajustable.
- Se debe colocar al bebé entre los pechos de la madre, en
posición vertical, de modo que el pecho del niño quede en contacto con el de la
madre. La cabeza quedará vuelta hacia un lado y ligeramente extendida. Hay que
evitar tanto la flexión hacia adelante como la hiperextensión de la cabeza. Las
caderas deberán estar flexionadas y las piernas extendidas en una postura que recuerde
a la de una rana. Los brazos también deberán estar flexionados.
- Lo
ideal es que el adulto que esté realizando el piel con piel se centre en las
sensaciones que esta práctica le transmite, olvidándose de teléfonos móviles o
cualquier otro aparato electrónico que pueda interferir.
-
Además de la temperatura, otras condiciones ambientales también deben cuidarse:
luz tenue y el mayor silencio que permita la unidad donde se realice.
-
Debido al estrés al que sometemos al neonato al sacarle de la incubadora, la
duración mínima del método debe ser de una hora. Si adulto y bebé están
cómodos, podría prorrogarse el tiempo deseado.
-
Para realizarlo es necesario que tanto la madre como el bebé tengan una
situación clínica estable.
(Dibujo extraído de la
publicación “Método madre canguro, guía práctica”. OMS 2004)
Beneficios
del método madre canguro:
- Incrementa la prevalencia y la duración de la
lactancia materna, con las ventajas que ello conlleva. Es ideal que la madre se extraiga leche justo después de realizarlo.
- Ayuda al control de la temperatura.
- Mejora de los ritmos cardiaco y respiratorio, la
respiración, la oxigenación, el consumo de oxígeno, la glucosa en sangre, los
patrones de sueño y el comportamiento.
- Reduce el estrés del neonato y también de su
madre, expresando éstas una mayor confianza, autoestima y plenitud, al sentir
que pueden hacer algo positivo por su bebé. Disminuye el riesgo de depresión
post-parto.
- Reduce el riesgo del neonato de padecer
infecciones, al ser colonizado por la flora de sus progenitores.
- Favorece el vínculo afectivo-emocional entre el
bebé y sus padres.
Cuarenta años han pasado desde la primera vez que se llevó a
cabo, y hoy en día sigue pareciendo un método moderno, con el que disfrutan
aquellos que lo realizan y los profesionales sanitarios que tenemos la gran
suerte de contemplarlo.
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