Blog creado por neonatólogos y enfermeras de la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

miércoles, 27 de febrero de 2019

EL BIBERÓN: CLAVES PARA PREPARARLO DE FORMA SEGURA




Si has decidido alimentar a tu bebé con leche de fórmula, o si vas a continuar con la lactancia materna pero las circunstancias hacen que debas intruducir algún biberón de fórmula artificial (lactancia mixta), aquí te dejamos las principales claves para que preparar un biberón no sea una tarea estresante y dificultosa, sino que la realices con total tranquilidad y seguridad.

¿Qué agua elegir? 

Si vives en una localidad con agua del grifo potable y de baja dureza, no hay ningún problema en que la utilices para preparar el biberón. Eso sí, deberás hervirla durante 1 a 5 minutos para asegurar la ausencia de microorganismos perjudiciales que puedan estar presentes en ella. No la hiervas más de cinco minutos porque la evaporación puede hacer que se concentre una cantidad elevada de sales minerales y otros elementos que no son adecuadas para el organismo de tu bebé. Un exceso de estos elementos puede afectar a su sistema renal, aún inmaduro. Si vives en una zona costera, ten en cuenta que además el agua de tu zona puede contener metales pesados.
Si no estamos seguros de que el agua de nuestro grifo sea adecuada, podemos recurrir al agua mineral. Si utilizas agua embotellada, fíjate bien que posea una mineralización débil (residuo seco inferior a 500 mg/l ) o muy débil (inferior a 50 mg/l ). Esto es importante porque gran cantidad de residuo seco (sales disueltas provenientes de las características del terreno en el que está ubicado el manantial) puede afectar al sistema renal de tu hijo como te contábamos más arriba.

¿Es necesario hervir el agua mineral? 
En este caso, podríamos pensar que no es necesario que se hierva, porque si bien el agua embotellada no es estéril, está envasada en las mejores condiciones, y las analíticas a las que se ve sometidas obligan a las marcas a realizar el embotellado de la manera más limpia posible. Y estaríamos en lo cierto. Pero lo que también es cierto es que los botes de leche en polvo no son estériles, a diferencia de las preparaciones líquidas, por lo que pueden existir bacterias perjudiciales para el bebé.
Si mezclamos la leche en polvo con agua entre 70 y 90ºC, estaremos matando todas las  bacterias y microorganismos que pudiesen estar presentes.

Tras hervir el agua, déjala enfriar entre 5 y 30 minutos antes de preparar el biberón, para que alcance una temperatura de unos 70ºC. Mezclarla a 100ºC puede suponer que el polvo precipite y sea muy difícil homogeneizar la suspensión. Lo ideal es que la viertas en la cantidad adecuada en el biberón y la dejes enfriar ahí.

¿Qué leche utilizar? 

Si tu bebé necesita una fórmula especial por alguna circunstancia, tu pediatra te pautará la leche que deberás adquirir. Es el caso de las fórmulas hidrolizadas si el  bebé es alérgico a la proteína de leche de vaca (aunque su diagnóstico suele ser más tardío, no en los primeros días de vida). Si no necesita ninguna leche especial, deberás elegir una fórmula de inicio o 1, indicada desde el primer día de vida y hasta los 6 meses. La marca la decides tú, en función de tu economía o tus preferencias. A partir de los 6 meses el bebé deberá pasar a una fórmula de continuación o 2. También existe una fórmula para bebés prematuros, la fórmula prematura ó 0. Si tu bebé ha nacido prematuro, el neonatólogo decidirá si tu bebé la sigue necesitando al alta hospitalaria, o si ya puede pasar a una fórmula de inicio. Tu pediatra de Atención Primaria te indicará hasta cuándo tomará esta leche de prematuros en caso de haberla necesitado tras el alta.

¿Por dónde empiezo?

Como en todo o casi todo lo que vayas a hacerle a tu bebé, lo primero de todo es tener  una correcta higiene.
Lava bien tus manos con agua y jabón y sécalas con un paño limpio justo antes de comenzar a preparar el biberón. Haz lo mismo con la superficie donde vayas a prepararlo.

¿Es preciso que los utensilios (biberón, tetinas) estén esterilizados? 

No, no es estrictamente necesario. Eso sí, deben estar perfectamente lavados con agua caliente y un jabón neutro. El lavavajillas, por las altas temperaturas que utiliza en su ciclo de lavado, es una buena opción para lavar todos los utensilios necesarios. Si no dispones de él, límpialos con un cepillo adecuado y agua bien caliente.
La esterilización puede llevarse a cabo una o dos veces a la semana, como ampliación de la garantía de una limpieza perfecta.
Además, debes revisar periódicamente y sustituir tetinas y biberones si están rotos o deteriorados, o si el desgaste en las marcas de medida te impide ver bien las cantidades.

¿Cuál es el orden correcto? 

Quizás estemos en el punto más importante en la preparación de un biberón. Siempre debe medirse primero el agua. No hacerlo así supone que la concentración recomendada para la alimentación de tu bebé no se está respetando. Una vez echado el polvo es imposible medir el agua con exactitud. Si has echado más de la cuenta, la leche estará más diluida, con lo que puede ser insuficiente para que tu bebé gane peso y se mantenga bien alimentado. Poner agua de menos es también algo grave, porque estaremos concentrando más la fórmula, lo que puede afectar también a su sistema renal y digestivo.
Así que, como indicábamos más arriba, lo ideal es hervir el agua, echarla en el biberón en la cantidad adecuada según las tomas que queramos preparar y esperar unos 5 minutos a que se enfríe. En ese momento agregamos la leche en polvo y homogeneizamos.

¿Cuál es la cantidad de leche en polvo que debo utilizar?

Si bien existe consenso en la cantidad de agua por cacito de leche, consulta siempre las instrucciones del fabricante sobre la dilución correcta. Está estandarizada en

                                     30 ml de agua= 1 cacito enrasado de leche en polvo

Cuida de utilizar siempre el cacito que viene en cada bote de leche. Si cambias de marca, tira el cacito anterior y utiliza el que va incluido con la nueva leche. Además, no te recomendamos que guardes cacitos de botes de leche gastada. Estrenar cacito con cada bote de leche garantiza una mayor limpieza en la preparación. Utiliza siempre el accesorio suministrado para enrasar el cacito, o en su defecto un cuchillo limpio, y nunca presiones el polvo para que quepa más.
Ahora bien, si tu hijo toma 30 ml de leche no hay problema, ponemos 30 ml de agua y 1 cacito de leche en polvo. Si toma 60 ml, pondremos 60 ml más 2 cacitos de polvo. Pero, ¿y si toma 40 ml cada vez? No podemos poner 40 ml de agua en el biberón y luego "un cacito y un poquito más", estaríamos incurriendo en un grave error. En este caso deberíamos preparar 60 ml de leche, esto es, 60 ml de agua y 2 cacitos. Luego le ofreceremos al bebé los 40 ml que tiene pautados. Nunca estimes "a ojo" la cantidad de agua o de fórmula en polvo. Si lo haces, la concentración no será la adecuada.

¿Puedo preparar varias tomas de una vez?

Por supuesto. Puedes calcular las tomas para toda la noche, o para un día completo, teniendo en cuenta que la leche preparada tiene una validez de 24 horas en el frigorífico.
Para ello, calcula la cantidad de toma para esas 24 horas. Pongamos el ejemplo de que toma 70 ml por toma, y demanda cada 3 horas. Como serían 8 tomas, multiplicamos 70x8= 560 ml toma al día. Como 560 no es un múltiplo de 30, porque 560:30= 18,6666, deberemos preparar 19 cacitos, que irán con 570 ml de agua (19 cacitos x 30 ml por cada cacito). Así habremos respetado la concentración. Recordad que hemos dicho que en ningún caso podemos aproximar ni calcular "a ojo".
Una vez preparada la leche (en estas cantidades tan grandes, deberás utilizar varios biberones) deberás enfriar rápidamente bajo el grifo o en un recipiente de agua con hielo aquella que no vayas a utilizar en ese mismo momento. Una vez fría introdúcela en el frigorífico. Recuerda que, como te contábamos en esta entrada sobre la conservación de la leche materna, la puerta no es el mejor lugar para refrigerar cualquier preparación que va a ofrecerse a un bebé.
Ten en cuenta que a temperatura ambiente la leche no debe permanecer más de dos horas tras su preparación.Y que, como ocurre con cualquier otro tipo de leche, cualquier biberón que ya haya sido calentado deberá deshecharse. No puede volver a refrigerarse ni tampoco recalentarse. Por ello, utiliza un biberón más pequeño para calentar la leche que el bebé vaya a tomarse en ese momento. Las vías para calentarlo serán, como en el caso de la leche materna, el baño maría o un calientabiberones. 
La temperatura idónea para administrar la leche a tu bebé está entre los 35 y los 37ªC. Puedes probarlo en la cara anterior de tu muñeca para asegurarte de que no quema. Si apenas sientes la leche, la temperatura será la adecuada. No debes notarla caliente. No es recomendable que lo pruebes directamente de la tetina, nuestra boca es un foco de gérmenes que no debería entrar en contacto con tu bebé.

Esperamos que estos consejos te sirvan de ayuda si algún día debes preparar un biberón. No obstante, no dejes de preguntar a tu pediatra o enfermera de referencia todas las dudas que pudieran surgirte al respecto. La correcta alimentación de tu bebé está en tus manos.





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